Despídete de las uñas quebradizas y apúntate a todas las tendencias de manicura gracias a estos consejos.
Del mismo modo que nos gusta tener el cabello siempre sano, brillante y con fuerza, el crecimiento de las uñas es otra de las cuestiones de belleza que nos trae de cabeza. Más largas y más fuertes. Así nos gustan. Sobre todo desde que las tendencias en manicura parecen sucederse tan rápido como los segundos en un reloj y nos faltan horas para probarlas todas.
Por este motivo también nos resulta cada vez más necesario darnos (darles) un descanso entre experimento y experimento. Al igual que los tintes, mechas y reflejos en la melena, los geles, acrílicos y esmaltes que utilizamos para embellecer nuestras manitas pueden provocar que nuestras uñas estén más quebradizas y escamosas de lo que nos gustaría.
De este modo y siguiendo una nueva misión por conseguir unas uñas más resistentes, más saludables y que crezcan más rápido (a poder ser), hemos recopilado una serie de trucos y consejos para ponerlos en práctica desde ya y para siempre.
El aceite para cutículas a diario, no hace daño
La hidratación es clave cuando se trata del crecimiento de las uñas. Para que estén fuertes necesitan estar sanas, y para estar sanas necesitan hidratación. Exacto: el agua, una vez más, como santo grial de la belleza. El aceite para cutículas actúa hidratando la cutícula y el lecho ungueal – el tejido que conecta la uña y el dedo -, por lo que su uso es siempre recomendable tanto en su crecimiento como en su mantenimiento.
Considera añadir biotina a tu dieta
Las uñas quebradizas y propensas a pelarse y a romperse pueden ser un signo de déficit de biotina. Los alimentos ricos en biotina – como los huevos, los plátanos o la leche – y los suplementos alimenticios que incluyen esta vitamina ayudan a fortalecer las uñas, así como a evitar la pérdida del cabello.
Invierte en una lima de uñas
Las limas de vidrio o de cristal aseguran siempre un borde más sellado que las de cartón, debido a su firmeza y a que su parte rugosa es más suave. Sin embargo, en el caso de unas uñas escamadas y/o quebradizas resulta altamente recomendable invertir en una lima duradera que sea un poco más blanda para evitar que las uñas se sigan partiendo en el proceso.
La técnica de limado debe realizarse siempre desde el borde exterior y hacia el centro con movimientos largos y rápidos pero suaves, ya que el vaivén de las pasadas hacia delante y hacia a atrás no harán otra cosa que seguir astillándolas.
Vigila la composición de tu quitaesmalte
Los quitaesmaltes que contienen una alta concentración de acetona – el disolvente responsable de eliminar el esmalte – son perjudiciales para las uñas y pueden secarlas de forma instantánea tras su contacto, lo que da lugar a que se escamen y se partan con mayor facilidad. Por este motivo, los quitaesmaltes sin acetona, aunque son fórmulas de limpieza más suaves, siguen siendo muy efectivas a la hora de retirar un color de uñas, aunque este sea muy oscuro.
Apúntate a los esmaltes más naturales
Cuantos menos componentes químicos tengan, mejor para la salud de las uñas. En la actualidad son muchas las marcas que están prescindiendo de fórmulas de formaldehído, ftalato de dibutilo (DBP) y tolueno, un trío con el que se consigue un acabado profesional, pero que en realidad no es nada recomendable en el caso de las uñas más débiles.